Las personas vivimos algún tipo de violencia ya sea en el trabajo, en el hogar, en el espacio público, pero también la hemos vivido alguna vez en el espacio digital, como menciona Olimpia Coral Melo, activista, “lo virtual es real”.
La violencia digital es necesario ser analizada con perspectiva de género y no se debe descalificar a la víctima alentando como en la mayoría de los casos que “lo virtual no es real, eso no existe, no te pasó nada real”, refiriéndose a estragos físicos, sin embargo estas agresiones igualmente pueden atentar contra la vida personal y la dignidad de cualquiera.
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Debido a que existen tantas prácticas la violencia digital es el concepto que abarca mejor a todas, ya que no todas las violencias se cometen online sino muchas se cometen en los espacios públicos donde se graba sin consentimiento y posteriormente se explota online.
El Frente Nacional para la Sororidad identificó y enumeró algunos tipos de violencia digital y posteriormente diseñó este primer violentómetro digital en el país, el cual identifica las violencias sexuales por internet por una parte y en otra las modalidades de ciberacoso.
Las violencias identificadas fueron en orden de menor a mayor impacto: Exclusión virtual, Insultos electrónicos, Violación de datos personales, Acecho (stalking), Hostigamiento virtual, Suplantación virtual, Difamación virtual, Ciberpersecución, Sextorsión, Difusión de contenido íntimo sin consentimiento y hasta la Trata virtual de personas, siendo estas tres las más impactantes en la víctima, siendo la idea de esto garantizar todos los derechos humanos en el ámbito digital.
Lamentablemente, la mayoría de las víctimas de estas agresiones digitales son mujeres debido a que el espacio digital es una extensión de los demás espacios, así que identifica el tipo y nivel de la violencia que vives, actúa al respecto con protocolos, denunciando y apoyándote en una red de apoyo.