La Paz, Baja California Sur. – En Baja California Sur la resistencia ciudadana ha logrado frenar, hasta el momento, megadesarrollos turísticos como La Abundancia, Baja Bay, Kuni, y Los Cardones, reclamando mantener el equilibrio ambiental y social de la región.
La reciente revocación de la autorización del proyecto La Abundancia en Cabo Pulmo, anunciado por Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), es un ejemplo de una serie de proyectos rechazados por la comunidad y las autoridades en respuesta a la presión social.
Baja California Sur cuenta con cuatro parques nacionales: Cabo Pulmo, Bahía de Loreto, Sierra de la Laguna, y Zona Marina del Archipiélago de Espíritu Santo.
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Estos se destacan por su enorme biodiversidad y riqueza ecológica. Además, el estado alberga múltiples Áreas Naturales Protegidas (ANP) que representan una extensión fundamental para la conservación de especies y ecosistemas.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), existen un total de 15 ANP en Baja California Sur, entre ellas el Parque Nacional Cabo Pulmo y la Reserva de la Biosfera Sierra La Laguna.
Cabo Pulmo, ubicado en el municipio de Los Cabos, es un área icónica, considerada como uno de los últimos arrecifes coralinos vivos en el Pacífico oriental.
Esta zona es un refugio vital para numerosas especies marinas y es conocida por la recuperación espectacular de su biodiversidad tras ser declarada parque nacional en 1995.
Esta área protegida ha sido el punto focal de conflictos recientes, en los cuales la sociedad civil se ha movilizado para proteger este tesoro natural.
Balandra, por otro lado, ubicada al norte de la ciudad de La Paz, es una de las playas más emblemáticas de Baja California Sur, famosa por su paisaje único y su simbólico "hongo de Balandra".
La Conanp la incluye dentro del conjunto de Áreas Naturales Protegidas bajo el título de Zona de Protección de Flora y Fauna Balandra, destacando su importancia no sólo como atractivo turístico, sino como un hábitat esencial para especies terrestres y marinas.
Su protección ha sido demandada de manera constante por los ciudadanos, especialmente ante el riesgo de sobreexplotación turística.
La Abundancia y Baja Bay: la presión social como factor decisivo
La Abundancia buscaba instalar un complejo turístico en las inmediaciones del Parque Nacional Cabo Pulmo. Este proyecto, promovido por GRE El Rincón S. de R.L. de C.V., incluía la construcción de un hotel, residencias turísticas, un club de playa, y un área comercial en más de 68 hectáreas, parte de las cuales se encontraban dentro del Parque Nacional.
Sin embargo, la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) fue revocada tras determinarse que su aprobación fue inadecuada y contradijo las opiniones de la Conanp.
La revocación no fue un proceso aislado. De acuerdo con Bárcena, la Semarnat ha iniciado una revisión exhaustiva de todos los desarrollos en Cabo Pulmo, incluyendo el proyecto Baja Bay Club.
Dicho proyecto abarca 610 hectáreas en la comunidad de La Ribera y planea la construcción de villas residenciales, hoteles y un campo de golf.
Los ciudadanos y grupos ambientalistas han señalado el riesgo de sobreexplotación del acuífero local, así como el impacto irreversible en la flora y fauna del lugar.
"Estamos preocupados porque el Parque Nacional Cabo Pulmo es una prioridad para nosotros", afirmó Bárcena, en una clara muestra de la postura actual del gobierno federal.
Kuni: rechazo popular y la cancelación del proyecto
Otro ejemplo emblemático de la resistencia social contra los megadesarrollos es el caso del megaproyecto Kuni.
Anunciado inicialmente como un modelo de turismo de lujo, Kuni fue cancelado públicamente por el gobierno de Baja California Sur tras una serie de protestas que señalaban sus riesgos para el medio ambiente.
Durante un discurso en el informe de la presidenta municipal Milena Quiroga, el gobernador Víctor Castro fue tajante al afirmar: "Nosotros no vamos a permitir ningún megadesarrollo de ninguna naturaleza que atente contra el medio ambiente. Se cancela ese megadesarrollo".
Sin embargo, la empresa desistió de la presentación de sus trámites de impacto ambiental, antes de obtener alguna resolución negativa de la Semarnat.
La presión ejercida por la ciudadanía, en conjunto con grupos ecologistas, fue determinante en esta decisión, para que el mandatario se pronunciara.
Los manifestantes denunciaron que Kuni reproducirá el modelo de desarrollo depredador que ha generado cinturones de miseria en otras partes del estado, como Los Cabos.
"La Paz es valorada por su naturaleza, no por grandes hoteles o cruceros", enfatizó Adrián Trasviña, uno de los líderes del movimiento.
La construcción de hoteles y áreas turísticas a gran escala requeriría recursos energéticos y de agua que La Paz no puede proveer sin afectar a las comunidades locales, muchas de las cuales ya enfrentan crisis en el suministro de servicios básicos.
Los Cardones: deuda histórica de Andrés Manuel López Obrador
No solo los proyectos turísticos han enfrentado el rechazo de la comunidad. En septiembre pasado, la Semarnat anuló la autorización de impacto ambiental otorgada al proyecto minero Los Cardones, promovido por Desarrollos Zapal S.A. de C.V. en 2014.
Este proyecto pretendía instalar una mina de tajo abierto en la Reserva de la Biósfera Sierra La Laguna, una zona crucial para la recarga de los acuíferos que abastecen aproximadamente al 67% de la población del estado y que es el hogar de diversas especies endémicas.
Organizaciones civiles, entre las que destaca el Frente Ciudadano en Defensa del Agua y la Vida (Freciudav) y más de 25 mil ciudadanos se movilizaron para impedir la explotación de la Sierra, ya que acusaban al proyecto de representar un riesgo inaceptable para la biodiversidad y la disponibilidad de agua en la región.
"Esta decisión representa un logro de la organización ciudadana y un avance significativo en la defensa de la Reserva de la Biósfera Sierra La Laguna", señalaron las organizaciones tras la revocación. Sin embargo, la Semarnat deberá emitir un nuevo resolutivo en los próximos meses, lo cual mantiene a la comunidad en alerta.
Más de 37 organizaciones
El rechazo a los megadesarrollos en Baja California Sur no ha sido una lucha solitaria. En el estado, más de 37 organizaciones forman parte del frente de defensa ambiental, destacándose grupos como Agua Vale Más que Oro, Medio Ambiente y Sociedad (MAS), y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), entre otros.
Estas organizaciones han logrado sumar voces y visibilizar el impacto potencialmente devastador de proyectos como La Abundancia, Kuni y Baja Bay.
Los ciudadanos han sido el motor de esta resistencia. La doctora Micheline Cariño, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), señaló que estos megaproyectos "ponen en riesgo no sólo nuestro medio ambiente, sino también nuestra economía y cultura. Lo que promueven es la especulación inmobiliaria y el despojo".
Las palabras de Cariño resuenan con los testimonios de quienes viven en las colonias periféricas de La Paz, como Ampliación Villas de Guadalupe, quienes enfrentan carencias en servicios básicos y ven en estos desarrollos una amenaza más a su calidad de vida.
Además de los problemas ambientales, la comunidad ha denunciado el impacto social y económico que estos proyectos podrían traer.
La construcción de 20 mil cuartos de hotel, como los planteados en Kuni, incrementaría la presión sobre el ya limitado suministro de agua, agravando una crisis hídrica que afecta a miles de familias en la región.
"Llevamos meses sin agua, la infraestructura de servicios básicos está colapsada, y mientras tanto, estos proyectos solo agravan la crisis", expresaron residentes de la colonia de La Paz, Ampliación Villas de Guadalupe, durante una manifestación reciente.
La historia de estos megadesarrollos en Baja California Sur es de una comunidad que se niega a ser ignorada por las autoridades ambientales.
La defensa del territorio y del medio ambiente se ha convertido en una causa común que une a habitantes, académicos, y activistas.
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La revocación o cancelación de proyectos como La Abundancia, Kuni, y Los Cardones muestra que la presión social puede hacer frente a los intereses económicos que intentan transformar el paisaje del estado sin considerar a sus habitantes.
Sin embargo, la lucha está lejos de terminar. La revisión de las autorizaciones para proyectos como Baja Bay Club y la incertidumbre sobre el futuro de Los Cardones, así como el posible rediseño del proyecto Kuni mantienen a la ciudadanía en constante movilización.
"No dejaremos que destruyan nuestro territorio. Este es sólo el inicio de una lucha que defenderemos con todas las herramientas legales a nuestra disposición", concluyeron los organizadores de una marcha reciente.
Para Baja California Sur, la defensa de sus recursos naturales es también la defensa de su futuro.