Quitarán pangas a los “guateros”

A pesar de que es un problema grave, solo dos pescadores ilegales han sido sometidos a proceso en los últimos 20 años

Elías Medina P.

  · sábado 1 de junio de 2019

La Paz, Baja California Sur.- La diputada federal Ana Ruth García Grande presentó una iniciativa de ley para que se aplique la extinción de dominio en el caso de la pesca furtiva.

Lo anterior en atención a la demanda de cooperativistas de Baja California Sur que han denunciado el saqueo de litorales por parte de pescadores e ilegales, a quienes la autoridad deja libres tres días después de ser detenidos.

La extinción de dominio aplicaría para embarcaciones, bodegas y vehículos; actualmente se encuentra en comisiones y se estima que las próximas semanas se estaría emitiendo el dictamen respectivo.

Sobre esta propuesta el líder pesquero de San Carlos Humberto Arias manifestó que “habría que analizarla a fondo”, per recalcó que la autoridad debe de hacer algo para detener esta actividad, que en el caso de Bahía Magdalena ha causado estragos en algunas pesquerías como el abulón, la langosta y la almeja Catarina, hasta casi ponerlas el borde de sus desaparición.

No obstante demandó del gobierno federal se ponga más atención al sector, en virtud de que la actual administración ha dejado sin inspectores a los litorales de Baja California Sur con el pretexto de una restructuración es la Comisión Nacional de Pesca, (CONAPESCA)

Por separado el dirigente cooperativista de la zona Pacífico Norte Benito Emeterio López, informó que en los últimos 20 años solamente dos personas han sido detenidas por el delito de pesca ilegal, y citó que para combatir esta actividad 12 cooperativas invierten por su cuenta cada año más de 20 millones de pesos en tareas de vigilancia.

Es tan grave el problema de la pesca ilegal que algunas cooperativas están analizando la posibilidad de implementar un sistema de vigilancia con drones con visión nocturna en un litoral de más de 300 kilómetros, con equipos de última generación que pueden incluso aterrizar en una boya y ser controlados desde dos campos pesqueros distantes entre sí por más de 30 kilómetros.