La Paz, Baja California Sur.- Aunque con algunos matices, el anuncio del No a la Mina que hiciera en su reciente visita a Los Cabos el presidente Andrés Manuel López Obrador, en referencia al proyecto Los Cardones de Desarrollos Zapal en la Reserva de la Biósfera Sierra la Laguna, en el municipio de La Paz, fue recibido con beneplácito por diversos actores, líderes y representantes de organizaciones.
POPULISMO
Para el dirigente estatal de la Coparmex, Miguel Ángel Ochoa, se trató de un tema populista con el que se deja sin bandera a los grupos pseudo ecologistas, aunque desde su punto de vista esta mina nunca se iba a abrir porque tenía un rechazo social generalizado, porque nunca concluyó con los trámites ambientales y porque el rendimiento proyectado de oro era muy bajo.
Agustín Olachea Nogueda, presidente de la Asociación de Empresas Hoteleras y Turísticas de La Paz, consideró que Baja California Sur tiene una vocación minera, pero aclaró que el caso de Los Cardones la ubicación no era la correcta: somos un estado minero, la empresa más grande de la capital es la minera Rofomex y en el norte hay otras igual de importantes, pero no en la Reserva de la Biosfera Sierra La Laguna, que es donde se origina nuestra agua, expresó.
Aceptó que no hay manera de demostrar que el proyecto era contaminante, aunque en la percepción de la ciudadanía sí lo era, si se hubiera aprobado y en su caso operado, en redes sociales se hubiera cacaraqueado que La Paz estaba contaminada por la minería tóxica; así nos iban a ver en Europa, en Estados Unidos y en otros sitios del mundo; es una tontería, dijo, pero los ánimos se desbordaron.
Por separado, el presidente del Colegio de Médicos, Félix Vázquez, celebró la cancelación de este proyecto minero por el riesgo que implica para la contaminación del agua, aceptando que la minería trae beneficios económicos, aunque posteriormente deja pueblos fantasma.
En cifras oficiales, en el año 2017 la minería en Baja California Sur tuvo un valor cercando a los 7 mil millones de pesos con sus explotaciones de fosforita, yeso, sal y cobre.
SATANIZADA
Aunque satanizada por los grupos ambientalistas que florecieron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, la minería es determinante en los municipios de La Paz, Comondú y Mulegé y de esta actividad dependen en gran medida las economías locales por el impacto de las empresas Rofomex, COMSA, CAOPAS, El Boleo y la Exportadora de Sal de Guerrero Negro.
Y mientras la noticia de No a la Mina genera reacciones, en la comunidad de El Rosario, única población aledaña a este proyecto, sus habitantes ni enterados están de la decisión de López Obrador.