Rechaza iglesia católica matrimonios gay

Y aunque somos respetuosos de las decisiones que cada individuo desee tomar en torno a este tipo de uniones no compartimos la idea de llamarle matrimonio

Elías Medina P.

  · viernes 10 de mayo de 2019

La Paz, Baja California Sur.- La posición de la Iglesia Católica en torno al matrimonio entre personas del mismo sexo que se pretende aprobar en el Congreso del Estado permanece sin cambios, y aunque somos respetuosos de las decisiones que cada individuo desee tomar en torno a este tipo de uniones no compartimos la idea de llamarle matrimonio; quizá lo más acertado sería denominarlo sociedad de convivencia, señaló el vocero de la Diócesis de La Paz, padre Juan Gómez.

A nosotros no nos toca legislar y los que hacen las leyes deben de escuchar al pueblo, dijo el sacerdote, al tiempo que recordó que en el año 2016, cuando se inició la discusión de este tema, la Iglesia Católica, a través del obispo de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, emitió una postura basada en la Biblia y en la naturaleza misma.

En su parte medular este mensaje destacó que la Iglesia desea abrir sus puertas y su corazón a todas las personas, sin juzgar ni condenar a nadie.

En esa misiva, el máximo líder religioso del estado manifestó estar dolido en el alma por el hecho de que “personas y grupos fundamentalistas de esa Iglesia y de otras confesiones cristianas o no cristianas juzguen y condenen a otras personas, olvidando que el principal mandamiento es el del amor y creando nuevas y estériles confrontaciones en un momento en el que, más que nunca, necesitamos unidad y cohesión social para enfrentar los verdaderos problemas que existen en nuestra sociedad: la pobreza, la violencia y la cínica corrupción de personas e instituciones públicas y privadas”.

Miguel Ángel Alba Díaz llamó a no permitir “que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial distraigan nuestra atención de los problemas que más aquejan y lastiman a toda nuestra sociedad, desviando nuestra mirada hacia temas que son importantes, delicados y controversiales, pero que afectan sólo las creencias nuestras o de otros”.

Exhortó a no permitir “que nuestros dogmas y paradigmas, antiguos o modernos, nos enfrenten y dividan cuando más nuestra sociedad necesita estar unida para dar respuesta a la grave crisis política, económica, social y cultural que afecta a todas las familias y personas por igual”.