La Paz, Baja California Sur.- El precio del tiburón seco salado se disparó de 150 a 300 pesos el kilo en los principales centros de consumo del país, luego de que la producción se desplomara drásticamente hace aproximadamente dos meses debido a que por presiones de grupos ambientalistas la autoridad federal negó los permisos que se requieren para la exportación de aleta, un subproducto que se va casi en su totalidad al mercado chino, en donde es altamente demandado.
Gabriel Estrada Calderón, permisionario y comerciante de tiburón y heredero de una tradición familiar en esta actividad que data de hace más de 60 años, explicó que durante la temporada decembrina buena parte de la población acostumbra consumir carne de tiburón salada seca en sustitución de bacalao, una tradición muy arraigada traída a México por los españoles y que se mantiene hasta nuestros días, informando que a nivel nacional los acopiadores tienen en bodegas más de 100 toneladas de aleta seca que no puede salir del país, aunque confió en que la nueva administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador corrija la política que en esta actividad implementó Peña Nieto; de otra manera dijo, “estamos amolados”.
Recordó que la captura de tiburón es una de las más importantes del estado en la que se ocupan miles de jefes de familias desde la zona Pacífico Norte hasta Todos Santos y desde Los Frailes hasta el norte de Santa Rosalía, lo que sumado al esfuerzo de otros estados posicionó a México en el tercer lugar mundial en esta pesquería.