La Paz, Baja California Sur.- De acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del VIH en México correspondiente al segundo trimestre del 2024, en Baja California Sur se han notificado 66 casos detectados en el primer semestre lo que representa una tasa del 7.6 por cada 100 mil habitantes.
En 2023 esta entidad notificó 170 con una tasa de 19.9 solo por debajo de Quintana Roo con 47.8, Colima 26.1, Yucatán con 26.3 y Tabasco con 22.2. Es decir, ocupó el quinto lugar nacional en incidencia.
En total, del 2014 hasta el primer semestre del 2024, en Baja California Sur hay un registro de 1,204 casos de VIH notificados, de los cuales 1,034 corresponden a hombres, y 170 a mujeres.
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Panorama del VIH-SIDA
A 43 años del primer diagnóstico del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) en el mundo, el escenario de la enfermedad ha cambiado mucho, hoy la infección ya no es una sentencia de muerte. Es considerada crónica y con una buena calidad de vida si el paciente es detectado y tratado en etapas tempranas.
Omar Pérez Carreón, responsable del programa de VIH e Infecciones de Transmisión Sexual de la Secretaría de Salud de Baja California Sur, dijo que la historia natural del SIDA ha pasado por tres etapas importantes.
La primera como una pandemia que llegó al mundo de una enfermedad que se consideraba mortal, porque al paciente infectado había poco que ofrecerle y tenía un desenlace fatal. Eso, agregado al estigma de la discriminación social.
Diez años después, en la década de los 90s. aparecieron los medicamentos altamente activos, específicos para el manejo del VIH, lo que permitía que no todos los pacientes murieran como consecuencia de la infección; pero el estigma y la discriminación prevalecían por lo que esto a veces era más fuerte que la enfermedad y las personas fallecían.
Con el tiempo aparecieron mejores antirretrovirales, por lo que los esquemas de tratamiento eran de menos tabletas y menos efectos secundarios, lo que cambió el panorama epidemiológico, porque los pacientes se controlaban más.
Así llegó el 2018 cuando en el Congreso Mundial del SIDA se concluyó que una persona que está en control virológico con su medicamento es capaz de no infectar a nuevas personas, por lo que se determinó que un paciente con virus indetectable es no transmisible.
Esto cambió el paradigma de la atención y el seguimiento de los pacientes con VIH, por lo que en la actualidad la infección no es sinónimo de muerte cuando se detecta a tiempo y se inician los tratamientos necesarios y se lleva un control.
Pérez Carreón dijo que en Baja California Sur no es la excepción en la lucha contra la enfermedad, por lo que en 2014 los lineamientos del Censida determinaron que “independientemente de cómo estuviera su sistema inmunológico, el paciente o el usuario podía ya iniciar tratamiento”, comenzar a tomar medicamento, evitando así que el virus siguiera replicándose y que la enfermedad siguiera avanzando.
Puntualizó que hoy muy pocas personas infectadas con VIH llegan a etapas de SIDA, solo pasa en aquellas personas que nunca se han hecho un diagnóstico y lamentablemente llegan al hospital con infecciones oportunistas asociadas al virus.
El galeno precisó que en la historia de los tratamientos contra el VIH, de los cocteles de 18 tabletas cada 8 horas, se pasó a los de 12 y seis tabletas, pero “ahora tenemos tabletas únicas que traen tres componentes”, lo que hace que los pacientes tengan más adherencia al tratamiento porque toman una pastilla cada 24 horas y hay mejor tolerabilidad.
“Tenemos que ir haciendo mucho hincapié en que el mejor escenario para la persona que vive con VIH es tomarse su medicamento, pero sobre todo, que como sociedad avancemos a ser incluyentes. Mientras exista el estigma y la discriminación a las personas que viven con VIH va a ser un fenómeno que emocionalmente va a provocar un deterioro en la persona que vive con esta infección”, expuso.
Pérez Carreón explicó que todas las personas que tienen prácticas de riesgo están expuestas al VIH, pero este no se contagia como una gripa ni por saludar.
Mencionó que el sexo no protegido es el mecanismo de mayor riesgo y el más común en las detecciones de la infección, por lo que “la recomendación es que por lo menos una vez en la vida nos hagamos una prueba de detección de VIH, Hepatitis C y Sífilis”.
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El doctor informó que como parte de la detección oportuna, el sector salud ha aplicado este año 10 mil pruebas de VIH en Baja California Sur, principalmente en poblaciones vulnerables y aunque se trata de una muestra pequeña es importante porque les ha permitido detectar infecciones en etapas tempranas, iniciando de inmediato la atención de los pacientes, sean o no derechohabientes de alguna institución de salud, a través del IMSS Bienestar y los Capasits.
Expuso que en población abierta también tienen campañas de detección y sensibilización para que las personas se hagan la prueba sin temor a salir positivos, porque si es así, hay tratamiento oportuno, gratuito y puntual, y ya no es una sentencia de muerte, sino que pueden tener una buena calidad de vida.
Resaltó el éxito del programa permanente de pruebas para mujeres embarazadas, destacando que el estado tiene 19 años sin bebés infectados.
