La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- De acuerdo con el Alejandro Telechea Cienfuegos, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, hablar sobre la herencia artesanal de sudcalifornia es hacer prácticamente una referencia al pasado, ya que desafortunadamente muchos de los elementos que identificaban al estado en este rubro se han ido poco a poco perdiendo.
Recuerda que fueron los primeros colonos que se fueron estableciendo en la media península de Baja California, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, quienes ante la lejanía con la contracosta y a fin de desarrollar sus respectivas actividades tuvieron que fabricar sus propias herramientas, al igual que su vestimenta, por lo que se fue generando una cultura del “no desperdicio”, es decir, aprovechar absolutamente todo para sobrevivir en tierras tan agrestes.
Por ejemplo, “Es así que surgen los trabajos de talabartería, mediante los cuales no sólo confeccionaban sus atuendos, sino una serie de objetos como herramientas para la montura, fundas, cantimploras, zapatos, huaraches; incluso almohadas y tapetes confeccionadas con retazos de tela”, refiere el investigador.
Telechea Cienfuegos señala que un elemento artesanal que se sigue preservando es la elaboración de cuchillos, práctica que aún sigue vigente en algunas rancherías de nuestro estado, como es el caso de la comunidad de “Las Ánimas”, con un gran esfuerzo de los vecinos del lugar.
De igual forma, señala que hay otras artesanías que tal vez no tengan tan larga historia, pero que con el paso del tiempo se han convertido en la esencia cultural de algunos pueblos, como es el caso del trabajo realizado con la fibra de los cogollos de palma, para confeccionar bolsas de mano, sombreros, floreros, abanicos, cubreasientos, alhajeros, juguetes o tortilleros.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
Comenta que dichos trabajos son herencia de Samuel Hayward, de nacionalidad chilena y de ascendencia inglesa, quien era muy diestro en el trabajo del barro, la madera y la palma. Establecido en El Triunfo durante 1918, contrajo nupcias con Juanita Estrada, y ambos se ocuparon de enseñar a las jovencitas, cuyo legado sigue vigente no sólo en dicho sitio, sino ha pasado a otros lugares de la entidad.
Desafortunadamente, Alejandro Telechea afirma que esta herencia artesanal se ha ido perdiendo, siendo suplantada por otras ajenas a la región, pero que resultan atractivas para otro tipo de turismo, de ahí la importancia de continuar sumando esfuerzos entre la sociedad, instituciones y academia para rescatar y preservar estos elementos que guardan la esencia cultural de Baja California Sur, trascendentes no sólo en términos de identidad, sino también para contribuir en la economía de los productores artesanales, muchos de ellos, enclavados en distantes rancherías.