La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Las medidas de distanciamiento social originadas por la pandemia Covid-19 se enfrentan de distinta manera en pueblos y rancherías, en comparación con las ciudades: Aunque existe una gran preocupación y temor al contagio rancheros, ganaderos y campesinos siguen con sus tareas habituales aunque sin hacer vida social, sin visitas y con el menor contacto entre las familias.
En la zona rural del sur del municipio de La Paz, las puertas de las rancherías permanecen cerradas, con niños, jóvenes y mujeres en los patios o en las viviendas y sólo el jefe de familia sale a sus labores cotidianas; una vez a la semana viajan a La Paz o al Triunfo para surtirse de alimentos y agua embotellada.
Durante un recorrido realizado por El Sudcaliforniano en la región de El Rosario, vecinos de esa comunidad manifestaron el gran temor que existe entre la población debido a la falta de dinero, la lejanía de los servicios médicos en caso de que alguno enfermara; Particularmente la preocupación por la mala señal de internet e incluso de línea telefónica, lo que los obliga a subir a un cerro para tomar señal.
Todo lo que tienes que saber del coronavirus en BCS
Aunque los gastos de las familias se han reducido considerablemente debido a que no hay estudiantes en escuelas, la situación económica que de por sí ya era complicada se ha profundizado, dado que la mayoría de las rancherías producen quesos que tradicionalmente se vendían sobre la carretera y que forman parte importante de sus ingresos.
Desde hace más de dos semanas el flujo de vehículos entre La Paz y Los Cabos ha disminuido considerablemente y los pocos que transitan no bajan a comprar estos productos; Una práctica común es ver un buen número de vehículos en las partes altas de los cerros con jóvenes universitarios que suben para agarrar señal de internet y hacer sus tareas o tomar clases en línea.
A la fecha no hay registro -o al menos nadie conoce sobre algún vecino que haya enfermado de gripe- aunque recuerdan que en noviembre y diciembre pasados, una gran cantidad de familias enfermó de una gripe muy fuerte en un hecho que no tiene precedente en estas comunidades; la mayoría se recuperó en menos de dos semanas y según vecinos se trató de un brote de influenza, aunque afortunadamente no se registró ningún deceso.
La falta de ingresos causada por el desplome en la venta de sus productos preocupa a la mayor parte a los jefes de familia, porque aún y cuando la mayoría tiene víveres estos se van a agotar en un par de semanas sin que haya dinero para comprar más comida; Tampoco habrá dinero para cargar combustible, de tal manera que podrían quedar aislados en sus rancherías.
El temor a un contagio genera entre las comunidades miedo a los visitantes; los vehículos que eventualmente llegan a las rancherías procedentes de La Paz son recibidos pero sin establecer contacto ni saludo de mano; contra la tradicional hospitalidad de estos pueblos, ahora la relación se limita a una breve plática desde arriba del carro o desde el interior de la vivienda.
Casi todas las familias viven de la ganadería, de pequeños hatos y rebaños de sobrevivencia, de la elaboración de quesos que antes se vendían al pie de la carretera que va a Los Cabos, una ruta que ahora luce desierta; por eso, deben de viajar al menos una vez a la semana a La Paz para entregar sus productos, y con el temor a un contagio.
Aunque con miedo, hay entre las comunidades rurales la esperanza de salvarse del Covid-19 debido a que se trata de pueblos y rancherías dispersas, que si antes tenían poco contacto con fuereños, ahora están prácticamente aisladas.
No hay circulación de vehículos, ni clientes para los productos del campo, denuncian abandono oficial
No obstante, luego de casi tres semanas de encierro, la situación económica comienza a complicarse; la sequía está agotando rápidamente los agostaderos y en breve los animales comenzarán a perder peso y hasta a morir si no se les ayuda con alimento balanceado o forraje, y no hay dinero.
Un ranchero entrevistado por este medio, cuya identidad pidió ser resguardada, denunció que el gobierno y los políticos los han abandonado y lamentó que solo se aparezcan en esos pueblos cuando van a en busca del voto.
La zona rural del sur del municipio de La Paz está conformada por una gran cantidad de rancherías y comunidades rurales pertenecientes a los ejidos Álvaro Obregón, El Rosario, El Triunfo, San Antonio, San Luis y San Vicente de Los Planes.