Cada año, al iniciar la temporada de huracanes, es común que las personas inicien con las compras de pánico y que las tiendas rápidamente sufran del desabasto de productos básicos como alimentos y agua.
Las tiendas de conveniencia, para evitar este problema y como resultado de años de experiencia ante desastres naturales como Odile, han aprendido a prevenir situaciones que han enfrentado en el pasado, como el desabasto o la pérdida de productos perecederos.
Entre los protocolos que se implementan con este fin está el resguardo de mercancía de valor y, en la medida de lo posible, procuran hacer pedidos más grandes a los proveedores locales ya que no lo pueden hacer con los proveedores externos al estado.
Una líder de una tienda de autoservicio menciona que en las contingencias le ha tocado resguardar las cosas de valor y que no son de primera necesidad, como lentes, vinos, cigarros, etc., y en ocasiones hasta tienen que cerrar la tienda debido a la gravedad del fenómeno natural.
En algunas ocasiones han tenido pérdida total de productos perecederos debido a la falta de energía eléctrica y tuvieron que hacer devolución y reposición de la mercancía.
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Entre los productos que mayor demanda tienen esos días y que por ende suelen acabarse prontamente están el agua, las veladoras, los productos enlatados, café, pan y las botanas, como frituras, cacahuates, etc.
En ocasiones cuando Protección Civil anuncia la llegada inminente de un desastre natural, como líder de tienda, menciona, solicita a los proveedores locales que envíen más mercancía de lo normal, ya que la mayoría de las empresas cierran sus puertas debido a la dificultad que existe para transportar sus productos en esas condiciones.