La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- A mí no me va pasar, fue lo que pensó Juan Carlos Pinales Soria, cuando escuchaba hablar del virus causante de la enfermedad Covid-19 y quien hoy es uno de los 48 pacientes recuperados de este mal. Con la autorización de él y la de su familia, podemos dar a conocer su testimonio y así, generar conciencia entre las personas que siguen siendo escépticas ante este padecimiento.
Fue el 2 de abril cuando presentó todos los síntomas por lo que de manera inmediata se comunicó al teléfono que anunció la Secretaría de Salud, ahí personal capacitado dio el seguimiento médico correspondiente. Los primeros estudios fueron de oxigenación, sin embargo, al día siguiente la situación de Juan Carlos se complicó, la falta de respiración aumentó y decidió acudir a la clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicado en esta ciudad capital, en donde fue atendido por el doctor Adolfo García, quien señala que desde que inició la pesadilla fue parte fundamental para que “Kaly” como apodan a Juan Carlos se recuperara.
Las pruebas que le realizaron arrojaron que Juan Carlos era portador de Covid-19, enfermedad que él califica como triste y lastimosa, en donde el miedo y pánico se apoderan del paciente. Narra que el área en la cual permaneció por varios días es única y se ven situaciones que normalmente no suelen ser comunes en los hospitales.
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La seguridad de las enfermeras, doctores y camilleros es otro de los escenarios que llamó su atención, ya que durante su hospitalización solo vio los nombres de quienes lo atendían, pero nunca sus caras debido a los uniformes que portaban, esos uniformes que se han hecho virales por lo pesado y complicado que son traerlos puestos durante muchas horas.
No dormir, escuchar las expresiones de los demás pacientes, nubla todo, sin embargo, Juan Carlos y su familia creyentes de Dios se aferraron a él, con oraciones pedían la sanación del padre, del esposo, del hermano y amigo.
Juan Carlos Pinales Soria y su familia agradecen el trato que tuvo del personal médico y de enfermeras de la Clínica 1 del IMSS en La Paz, es algo de lo cual está muy agradecido, “a pesar de que no vi sus caras, tengo conmigo los nombres de cada uno de ellos, la enfermera Mayra en todo momento su atención fue de primera, el camillero Marcos, siempre al pendiente de mí”, resalta durante la narración de su caso.
Juan Carlos Pinales Soria, de ocupación comerciante, padeció Covid-19 y afortunadamente a pesar de estar en el grupo de riesgos debido a que padece diabetes, ya fue dado de alta, comenta que no hay dolor físico, sin embargo, el virus ataca directamente los pulmones y es imposible que se pueda respirar, por lo que la lucha es esa, volver a respirar sin oxígeno, por sí solo.
TRATAMIENTO
Su proceso de hospitalización fue de cuatro días, los médicos y enfermeras explicaban los procedimientos y medicamentos que aplicarían. Inyecciones anticoagulantes para prevenir infartos fue una de las medicinas que le suministraron durante su hospitalización, así como insulina para regularizar su glucosa.
Con un diagnostico complejo debido a que sus pulmones estaban completamente tapados, insistió que la fuerza de la oración y el poder de Dios hizo el milagro.
“Los doctores y enfermeras estaban sorprendidos de que pude dejar el oxígeno de manera rápida, ese es el reto, el poder respirar por sí solo”, resaltó.
Juan Carlos reconoció el esfuerzo de todo el personal de la clínica 1 del IMSS en La Paz, desde quienes se encargan de mantener la zona implacablemente limpia, hasta los camilleros, doctores y enfermeras, las cuales en su momento vio que se quebraban en llanto por la situación tan difícil y complicada que se vive con los pacientes de Covid-19, enfermedad altamente contagiosa.
La familia Pinales Trujillo agradeció al doctor Adolfo García y a todo el personal que estuvo pendiente de su salud/cortesía familia Pinales Trujillo.
Finalmente la familia Pinales Trujillo agradeció las atenciones del doctor Adolfo García, así como a todo el personal HGZ no.1, más a los doctores Armienta, Del Prado Salazar Burgos, doctora Silvia, doctor Hernández, a la enfermera Mayra y al personal de trabajo social, intendencia y seguridad.