La Paz, Baja California Sur. Diana Santana, una mujer de 26 años, vivió sola las fases de su embarazo y continuó trabajando hasta las últimas semanas de gestación en el municipio de Los Cabos.
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El peculiar olor a hospital, aunado a la apatía de las enfermeras, según relata la joven, la recibieron en la revisión médica luego de sufrir amenazas de aborto. Esto ocurrió en la clínica #26 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Cabo San Lucas, hace aproximadamente un año y medio.
"Yo iba con un sangrado y no me querían atender. En recepción había unas señoras carcajeándose... Y ya cuando me pasaron, me trataron súper mal; la enfermera me gritó. (…) Tenían que hacerme el tacto; y el doctor que lo hizo, sí se puso guantes y todo eso, pero normalmente se ponen lubricante para no lastimarte. Entonces, él no se puso lubricante; y cuando le decía que me dolía, no le importó. (…) Decía la enfermera: 'Ay, déjate'. (…) Siendo mujer, y sabiendo que es doloroso", narró.
Ciertos momentos durante la gestación los recuerda como una experiencia traumática; la incertidumbre, la vulnerabilidad y el sufrimiento atravesaban ese recuerdo de su historia en retrospectiva. “¿Acaso esto es normal? ¿Así son las consultas? ¿Esto debería estarme pasando?”, cuestionó Diana. Esas sensaciones corporales, físicas, respondían a una circunstancia que culturalmente se espera en la trayectoria de vida de las mujeres: dar a luz.
A través de este medio, Diana denunció una falta de empatía y maltrato en tres clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California Sur; mientras se percataba de cómo algunas experiencias de amigas y familiares coincidían con su historia, pues también confirmaban haber vivido violencia obstétrica en el estado.
La tristeza, confusión y dolor, a medida que se intentan afrontar las adversidades médicas, en especial cuando se es madre soltera y primeriza, como en el caso de Diana, representa una problemática aún no resuelta en los entornos sociales, culturales y de salud, tal como enfatizó la joven.
“Justamente cuando tú estás pasando el proceso de embarazo y vas a ciertas consultas médicas, muchas de las personas que te atienden no tienen tacto ni el conocimiento para atenderte. Son muy groseros. Sobre todo las mamás primerizas, somos las que más tenemos miedo. (…) Tú vas con la expectativa de que cualquier duda te la van a aclarar… Pero al contrario, salías con más dudas, o preferías ni siquiera preguntar por miedo a cómo te iban a responder…”, apuntó.
VIOLENCIA OBSTÉTRICA
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la violencia obstétrica se entiende como un tipo de violencia ejercida por profesionales de la salud (especialmente médicos y personal de enfermería) hacia las mujeres embarazadas, en labor de parto y postparto.
Entre las prácticas más comunes, según INMUJERES e INSP, se encuentran: maltrato físico, violación a la privacidad y confidencialidad, negación de tratamiento, humillación, abuso verbal y procedimientos autoritarios para llevar a cabo una cesárea o imponer un método anticonceptivo a las pacientes.
Tales circunstancias representan una vulneración de los derechos a la salud reproductiva y al acceso a una vida libre de violencia contra las mujeres, tal como señaló Eduardo Bastidas Buelna, Responsable Estatal de los Programas de Violencia de Género y Aborto Seguro para la Secretaría de Salud en Baja California Sur (SSaBCS).
Sin embargo, el desconocimiento, aunado a una falta de sensibilización sobre el tema, tanto entre el personal médico como en las pacientes, permite que la problemática se agrave todavía más, opinó Diana.
“La mayoría de mi generación se embarazó al mismo tiempo y sí me llegaron a platicar ciertas situaciones similares. De hecho, una amiga que ahorita ya tiene seis meses, nos platicó una situación que tuvo en su ultrasonido… Y le dije ‘oye, ¿sí sabes que eso es violencia?’ Y me dijo, ‘no sabía, pero qué bueno que me dices porque a la otra voy a investigar y voy a reclamar’. De cierta manera, a tal grado, sí sufren violencia”, manifestó.
Así como sus amigas atravesaron estas situaciones en los últimos meses, Diana relata la historia de su prima, que aunque los hechos ocurrieron 15 años atrás, hace especial énfasis en cómo ciertas prácticas y discursos continúan sucediendo con el paso del tiempo, expresó.
"Una prima también sufrió violencia obstétrica; fue en el parto... El médico decía: 'Sabes qué, abre bien las piernas; porque si ya las abriste cuando estabas cogiendo, ahora sí ábrelas para tener a tu bebé'", narró.
CLÍNICA #1 Y #26 DEL IMSS
Después de lo sucedido en la clínica #26 del IMSS en Cabo San Lucas, Diana acudió a la clínica #1 del IMSS en la capital del estado. En una cita con el ginecólogo, contó haber pasado por diversas situaciones de violencia, y reconoció que ella no era la única que vivía maltratos en aquella institución de salud pública.
“Cuando yo le mencionaba que me estaba lastimando, se negó a parar y le siguió; cuando yo le decía que me dolía… Y aparte, me tocó ver a muchas mujeres que estaban en labor de parto con más de 20 horas y no las querían atender… Me tocó muchas veces que los médicos te lastimaban y no les importaba lo que tú dijeras”, relató.
Una investigación publicada en 2020 por la Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, que consistió en un estudio observacional en 190 pacientes durante las primeras 24 horas después del parto en la clínica #1 del IMSS en el municipio de La Paz, evidenció que en un 56.8% la percepción global de parto humanizado resulta inadecuada, regular en un 34.7%, y solamente un 8.4% percibió una apropiada atención.
La experiencia de Diana coincide con los resultados de dicho estudio, y no solamente en la clínica #1, pues también aseguró haber presenciado cómo algunas mujeres eran maltratadas y violentadas a través de comentarios, acciones y retrasos de atención en la clínica #34 del IMSS, en La Paz.
“Enfermeras, médicos generales, asistentes médicos… Mencionan mucho el tema del peso. Si estás subiendo de peso… Te hacen sentir mal; yo sí llegué a salir traumada por los comentarios como ‘estás muy gorda, estás subiendo mucho de peso’. Eso lo decía un médico cubano, en la clínica #34 del IMSS en La Paz”, comentó Diana.
Es importante mencionar que, en 2019, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado de prensa [3/2019] referente a la inadecuada atención médica y violencia obstétrica a una mujer de 33 años en la clínica #26 del IMSS en Cabo San Lucas. Lo anterior derivó en el fallecimiento de una bebé recién nacida.
“La falta de vigilancia estrecha del trabajo del parto de la víctima y del producto de la gestación, ocasionó que a escasas horas de que ingresó a tococirugía, se le realizara una cesárea de urgencia debido a que presentó sufrimiento fetal agudo, lo que condicionó las complicaciones con que nació su hija… No obstante, su estado físico avanzó al deterioro hasta que desafortunadamente falleció. Tras analizar el expediente clínico, se advirtieron notas médicas con datos incompletos, anotaciones ilegibles con abreviaturas y falta de notas médicas, con lo que se vulneró el derecho que tienen las víctimas y sus familiares a que se conozca la verdad respecto de la atención médica proporcionada”, señaló la CNDH en febrero de 2019.
Posteriormente, en octubre del mismo año, la CNDH nuevamente expuso un comunicado [83/2019] con respecto a un caso de violencia obstétrica por inadecuada atención médica a una paciente y violación al interés superior de la niñez de su hijo recién nacido, en la clínica #1 del IMSS en la capital del estado.
“Una mujer de 23 años de edad acudió a urgencias de ginecoobstetricia en el Hospital General de Zona 1, en Baja California Sur, donde se le diagnosticó trabajo de parto y parto complicados por la presencia de meconio en el líquido amniótico”, detalló la CNDH en octubre de 2019.
BAJA CALIFORNIA SUR
La violencia obstétrica en México, según la CNDH, se regula desde instrumentos normativos; entre estos se encuentra la Ley General de Salud, la Norma Oficial Mexicana NOM 007-SSA2-20, al igual que la NOM 046-SSA2-2005 y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
No obstante, en 2022 la CNDH catalogó como “preocupante” el Código Penal del Estado de Baja California Sur, al no considerar la violencia obstétrica como delito. En marzo de 2023, la diputada Teresita de Jesús Valentín Vázquez presentó una iniciativa ante el H. Congreso del Estado de Baja California para su tipificación. Tras ser turnada para su estudio y dictaminación a las comisiones pertinentes, hasta el momento no se ha dado a conocer alguna novedad con respecto al tema.
Por otra parte, los resultados de la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), en 2021, ponen de manifiesto que el estado ocupa el lugar 21 entre las entidades federativas con mayor proporción de maltrato en la atención obstétrica contra las mujeres de dicho rango de edad.
ENDIREH también indica que, en los últimos 5 años [2016-2021], el 30.6% de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea, en Baja California Sur, experimentó algún tipo de maltrato por parte de quienes fueron atendidas.
La prevalencia es mayor entre las mujeres que tuvieron cesárea [33.8%] con respecto a quienes vivieron un parto [27.4%]; y el tipo de violencia que experimentan las mujeres (sumando el número de partos y cesáreas) refiere a: 1) Maltrato durante el parto o cesárea [30.6%]; 2) Maltrato psicológico o físico [22.2%] y 3) Tratamientos médicos no autorizados [17.7%].
Desde algunas instancias de salud pública se enuncian las prácticas de acción para prevenir la violencia obstétrica en las mujeres sudcalifornianas.
Por ejemplo, Marina Flores López, jefa de atención médica en la subdelegación del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de Baja California Sur, señaló que actualmente no se cuentan con denuncias formales de violencia obstétrica; enfatizó la implementación de un protocolo de prevención que consiste en la instalación de buzones para que la paciente pueda quejarse posterior a la atención médica.
"Realmente, sobre las atenciones obstétricas, la violencia es un abanico de situaciones; como la paciente está muy vulnerable, hay situaciones en donde identifica que fue violentada en sus derechos. Sin embargo, las denuncias realmente formales no tenemos; solamente algunas quejas verbales. Hay acercamientos, pero esas situaciones se compensan en el momento en donde se abordan los temas ya directamente con los involucrados", explicó Flores López.
También, se cuentan con capacitaciones periódicas con el motivo de trabajar con el personal de salud que está en contacto con las pacientes. Desde el área de enfermería y médica, hasta con los camilleros que trasladan a las mujeres gestantes. “Entonces, hay cursos ya establecidos para que ellos hagan conciencia y sepan qué es la violencia obstétrica", aseveró Flores López.
Por su parte, el responsable estatal de los programas de violencia de género y aborto seguro para la SSaBCS, también aseveró la ausencia de denuncias por violencia obstétrica en el Sector Salud del estado.
“En el 2022 solicitamos a la Comisión de Arbitraje Médico y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos que nos informaran si había habido algún tipo de queja o denuncia por estos hechos, como violencia obstétrica. Nos confirmaron que no, efectivamente no, no habíamos tenido ningún caso denunciado. Este año, 2024, volvimos a hacer nuevamente la solicitud, y nuevamente nos informaron que no ha habido todavía casos denunciados", comentó Bastidas Buelna.
No obstante, “sabemos que, en la realidad, a veces no son denunciadas. Normalmente, las mujeres que están en esta etapa de su vida, no siempre van a estar en condiciones anímicas para denunciar los hechos que pudieron haber sido inconformes”, reconoció Bastidas Buelna.
Además, recalcó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tiene una serie de preguntas y variables que determinan la violencia obstétrica. Por ejemplo; el nivel de gritos y regaños, pellizcos y jaloneos por parte del personal de salud, retrasos y amenazas en la atención médica, entre otros aspectos.
Bastidas Buelna reiteró a su vez la relevancia en que la mujer acuda a presentar formalmente su denuncia ante la Contraloría o la Comisión de Derechos Humanos; la investigación se realizará dependiendo del órgano al que se denuncia.
“Si es la Comisión de Derechos Humanos, ellos van a buscar e investigar sus formatos y sus procesos que ellos llevarán como tal cuáles son los hechos que se están anunciando y si se cumplen con estos criterios. En cambio, si se realiza por parte de la Contraloría, sería un equipo de trabajo interno al gobierno el que tendría que ver si se viola algún derecho de los derechohabientes", explicó Bastidas Buelna.
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Detalló que en los centros de salud se encuentran unos buzones de queja controlados por la Contraloría. Ahí se puede manifestar la inconformidad de la atención médica recibida. También podrá presentarse a la Comisión de Arbitraje Médico para emitir una queja ante los hechos sucedidos. Según la gravedad de la situación, habrá casos en los que pueda perderse la licencia médica; pero ello tendrá que obedecer a otros procesos.
Aún así, la falta de confianza por parte de las instituciones médicas y legislativas del estado, al igual que una ineficiencia en torno a las estrategias planteadas, es perceptible en Diana; pues, en su opinión: “para qué denunciar si de todos modos todo va a ser igual”... No creo que exista una diferencia si reclamo”.
Cabe mencionar que el 8 de abril del año en curso, El Sudcaliforniano solicitó sostener una entrevista con directivos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Baja California Sur, pero hasta el momento no ha habido una respuesta positiva.