“Quieren a otro pelele, a este señor Meade, este señoritingo…”, se escucha en el noticiario de Radio Fórmula muy temprano. “Ahorita todos van a querer concentrarse en desprestigiar al de Hacienda”, dice molesto el conductor de Uber, tras asimilar las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador en la radio. Pocos minutos después, estamos con ese señoritingo en una mesa del Sanborns de San Ángel. Tiene frente a sí unas claras de huevo con jamón, papas y un jugo de naranja. Le contamos lo sucedido antes de llegar a la cita. Todos hablan de él. Saboreando su desayuno, reacciona soltando el tenedor:
“Es una mala forma de hacer política. Construir sobre la base de destruir”.
José Antonio Meade, hasta este lunes por la mañana titular de la Secretaría de Hacienda, dice que al país le irá mejor cuando intentemos hacer política debatiendo.
“No concentrándonos en descalificaciones. Quien solamente hace política criticando y adjetivando, lucra con su pobreza de debate, no con la calidad de sus propuestas”.
Meade llegó puntual a las nueve de la mañana a la puerta de uno de los restaurantes de Carlos Slim, junto con su hombre de confianza, Eduardo del Río. Ellos dos solamente, sin vigilancia especial a la vista. La gente comenzó a saludarlo y a prometer votar por él. Le preguntó a la mesera por las crepas de cajeta con queso, pero ya no existen en el menú.
Le recordamos al aspirante a la candidatura presidencial por el PRI que, la última vez que platicamos, hace un par de semanas, todavía era titular de la Secretaría de Hacienda. En lo que va del año, hace memoria, lleva más de 300 entrevistas. Ha sido un año muy movido. Y el ritmo no bajará, luego de que este lunes anunció su intención de competir por la Presidencia de México en 2018, por el PRI.
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Le recordamos que hay críticos que dicen que dejó la economía mal. Sacan el tema de un mal tercer trimestre y la inflación.
“Mira, la economía mexicana se ha enfrentado con momentos de gran dificultad. No en los últimos meses, sino en los últimos años”, ataja. “En dos motores que nos eran fundamentales, el energético y el de las exportaciones, vimos primero cómo se caía el precio de la plataforma, y después cómo en los Estados Unidos caía la producción industrial. Y esto implicaba que dos motores, que por mucho tiempo animaron nuestro crecimiento, perdieron una gran potencia”.
México, agrega, necesitaba otros motores. Esos motores los encontraron por la vía de abrir sectores de la economía a mayor participación. Sectores que antes estaban con poca competencia. “El balance de esas acciones, de esa modernización de nuestra economía, de ese meterle más motores a nuestro impulso de crecimiento, hoy se traduce en 31 trimestres de crecimiento positivo, incluyendo el tercer trimestre de este año”.
El crecimiento, asegura, ha sido consistente y balanceado. Además, incluyente, medido por la cantidad de empleos que se han generado.
“Hoy tenemos finanzas públicas sanas, una economía que crece y que va a seguir creciendo”.
Al final, dice, lo que le importa a la gente no son las variables macro. Le importa tener comida en la mesa, que sus esfuerzos rindan mejores frutos, tener techo, salud y educación de calidad. Los analistas financieros consideran que le costará bajar los conceptos macroeconómicos.
Que le costará explicar sus logros a ras de suelo, a un nivel en donde la gente de a pie pueda entender la genialidad que se le reconoce en materia económica, en México y el mundo.
Responde que no, que ha trabajado en el campo y en varias secretarías, en donde ha tenido que aprender a comunicar y a dar confianza al mundo. “Construir confianza”. Claro, un día antes, le contamos, estuvimos con el CEO de Citibanamex, Ernesto Torres Cantú, y su equipo cercano. Ellos nos manifestaron que el mensaje de continuidad ya fue asimilado. Ellos lo festejan, igual que los círculos generadores de riqueza en este país, al ver los ajustes en Hacienda, Pemex y Banxico. Descartan cualquier riesgo en 2018. Ven democracia.
“México va a ser una potencia”, asegura Meade cuando le contamos que algunos empresarios nos contaron que “los astros se les alinearon el lunes” y están muy contentos.
“México va a ser una potencia, va a ser una potencia porque vamos a construir con experiencia y con un rumbo cierto. Vamos a convocar a un esfuerzo de unidad y no de división. Vamos a buscar poner propuestas bien pensadas, con base en las experiencias, sobre la mesa, y no ocurrencias. Porque vamos a ir cerrando la distancia que hay entre el México que hoy tenemos y el México que queremos ser”, completa.
Dice que esa es la definición del servidor público, algo que él siempre reitera que es y seguirá siendo toda su vida. Resolver problemas. Mientras cuenta todo esto, rápido engulle sus claras con jamón.
La gente que notó su presencia, se acerca a saludarlo. Le piden fotos, le aseguran que creen en él. Están sorprendidos. Alzan pulgares cuando su mirada choca con la de ellos. Todos lo miran. Piden mesa cerca del precandidato del PRI. Él se deja querer, no dice que no. Sonríe.
Considera que hay solamente tres alternativas: “Un partido en donde resuelve solamente uno. Un partido en donde resuelven solamente tres. Y un partido que consultó a sus militantes, que los convocó a una Asamblea, que les planteó el reto en la Asamblea de cómo podían construir espacios de confianza, y en donde la Asamblea resuelve que la forma de hacerlo, es abrirse y convocar a que se sumen todos, simpatizantes y militantes, en un esfuerzo de hacer un mejor país. A esa convocatoria yo acudo y con humildad pido el apoyo y el acompañamiento”.
—¿Cómo ganarle a un personaje que lleva 18 años en campaña?—, le pregunta el reportero.
—La gente se da cuenta cuando lo que hay es hambre de poder, o cuando lo que hay es hambre de servir. En el caso mío lo que hay es un deseo de construir en unidad, con experiencia y con rumbo cierto. Me parece que seremos capaces de que se vea con toda claridad que quienes sólo buscan el poder, quienes sólo tienen hambre de poder y a quienes la única coincidencia es buscarlo, como en el caso del Frente, no son alternativa que congregue, no son alternativa que una, no son alternativa que emocione, no es una alternativa que dé esperanza, ni que una al país en el propósito de convertirse en una potencia.
El martes dijo, por ejemplo, que López Obrador tiene una propuesta “rancia”, que suena a viejo. Parece que se subirá al ring de los insultos. Pero aclara:
“Este es un proceso de contraste, ojalá sea un contraste de ideas, y no de adjetivos. Ojalá sea un contraste de propuestas y no de ocurrencias. Quien solamente descalifica con adjetivos, pone de relieve que no puede debatir con ideas. Y me parece además, por lo que hemos visto, que a Andrés Manuel lo que le ha gustado es irse quedando solo. No se sintió a gusto en partidos en donde había debate, en donde tenía que contrastar posiciones, en donde tenía que consensar, y fue construyendo un espacio en donde la única voz, el único que resuelve, el único que plantea, el único que pontifica es él. Ese trabajo, el de irse quedando solo, es lo que lo va a acabar llevando a su rancho”.
La Chingada, así se llama ese lugar. Meade reitera: “Lo que está en juego ahorita no es un concurso de popularidad en una primaria, en donde escogemos al que sepa poner los mejores apodos”.
Tampoco, dice, hay que buscar en viejas ideas que no han funcionado, propuestas para construir futuro.
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Le recordamos que su amiga Margarita Zavala dice que la liturgia del destape fue un viaje 25 años hacia el pasado.
“Yo sería más claro incluso en el caso de Margarita. Lo que es un retroceso espectacular es un partido que no tenga diálogo ni con sus militantes. La razón por la que Margarita sale del PAN, es porque encuentra que el PAN perdió la capacidad de dialogar”.
Su plato se quedó vacío...
—¿Cómo vislumbra 2024?
—Con optimismo y con esperanza… México estará en ruta a ser una potencia...
—Con sus metáforas de la Fiesta Brava, ¿cómo ve el corto plazo?
—Va a ser emocionante, va a implicar que capturemos la imaginación de los tendidos, nos va a obligar a confrontar toros muy bravos, pero al final de la jornada habremos de cortar orejas y rabo.