/ lunes 4 de abril de 2022

Consejo de Género OEM: Machismo perjudica a los hombres

Debido a sus prácticas cotidianas de masculinidad hegemónica, ellos están más expuestos a muertes violentas, por consumo de sustancias y por enfermedades sexuales

La masculinidad hegemónica y el machismo no sólo son un factor de riesgo para las mujeres sino también para los propios hombres, coincidieron especialistas en la décimo octava sesión del Consejo con Perspectiva de Género de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Benno de Keijzer Fokker, de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM y la Universidad Veracruzana, presentó un informe que elaboró para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el que describe cómo las prácticas cotidianas de masculinidad hegemónica perjudican a los hombres del Continente Americano, incluido México.

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Ejemplos de ello son adoptar riesgos en el trabajo o al volante, el consumo desmedido de sustancias psicoactivas, las prácticas sexuales sin protección, las relaciones interpersonales violentas y una gestión inadecuada de las emociones.

En consecuencia, las cifras de mortalidad arrojan que los varones están más expuestos que las mujeres a muertes violentas como homicidios, accidentes viales, suicidios y ahogamientos. También son mayoría en los decesos por abuso de alcohol y drogas, la cirrosis hepática como consecuencia del consumo cotidiano de alcohol y el VIH/Sida, lo que refleja también la falta de cuidado masculino en el terreno de la sexualidad.

“Esto está cruzado por diferentes elementos como la clase social, el ser migrante, el ser joven, el ser indígena o afrodescendiente, no ser heterosexual, estar enfermo o estar desempleado. Esto lo planteo como algo que puede permitir la llamada de atención a los hombres de que el cambio es necesario, no sólo para mayor bienestar de las mujeres sino también de los propios hombres”, consideró el especialista en masculinidades, género e igualdad.

De Keijzer también hizo referencia a la investigación “La caja de la masculinidad” realizado por el instituto Promundo-US sobre lo que significa ser hombre en Estados Unidos, Reino Unido y México.

El estudio revela que gran parte de los hombres de 18 a 30 años entrevistados en nuestro país consideran que la masculinidad tiene que ver con autosuficiencia (resolver sus problemas sin pedir ayuda), mostrarse fuertes, cuidar su atractivo físico (sin llegar a parecer afeminados), ser proveedores del hogar (mientras que la mujer se encarga del cuidado de los hijos), la hipersexualidad (nunca negarse a una relación sexual), la heterosexualidad, la homofobia, la agresión y el control.

David Sánchez, antropólogo social que ha estudiado las subjetividades masculinas, coincide en que los hombres deben reflexionar en torno a la manera en como han vivido y siguen reproduciendo lógicas violentas, las cuales “no solamente están afectando a nuestros pares, sino que también nos está afectando a nosotros mismos”.

Puso por ejemplo el caso de cómo la idea de una hipersexualidad afecta a los hombres cuando llegan a ser adultos mayores.

“La masculinidad debe de ser visible para los hombres, es decir, (dejar de) asumir que yo soy así por naturaleza. Esto que mencionaba de la hipersexualidad es común… En el discurso generalizado los hombres son hipersexuales pero al mismo tiempo no sabemos explorar algo más allá que no sea lo penetrativo… y cuando no podemos mantener una erección, el uso excesivo de viagra puede generar un montón de padecimientos y, sin embargo, hay una insistencia en usar el viagra porque si no tengo una erección entonces qué clase de sexualidad estoy ofreciendo”.

Sobre el tema de la salud, Germán Martínez, coordinador nacional de Vinculación en la asociación AHF México, alertó que la población homosexual o los hombres que tienen sexo con otros hombres tienen más riesgo de contraer VIH no por su orientación sexual sino por el ejercicio de su masculinidad en sus prácticas sexuales.

“¿Qué es lo que realmente nos pone en riesgo? No es la orientación sexual sino la práctica sexual. El tema de la hipersexualidad y el de tomar riesgos porque eso forma parte de la identidad de ser hombre… El tema de consumo de sustancias, de tomar riesgos, de exponer el cuerpo, el tema de la violencia ejercida en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluso la sexualidad, eso es lo que nos pone en riesgo (y) está anclado a nuestra identidad y al ejercicio de nuestra masculinidad”, abundó.

Agregó que los hombres homosexuales, no por asumirse así les “cambia el chip” de facto sobre su masculinidad, ya que fueron criados en el mismo sistema patriarcal, machista y sexista que los heterosexuales.

Reconoció, sin embargo, que poco a poco más hombres se empiezan a responsabilizar de sus cuerpos, de su salud y de su sexualidad.

Además de la salud, la investigadora Raquel Ramírez Salgado añadió que masculinidad hegemónica también influye en que los hombres sean cooptados por el crimen organizado. “Es también la necesidad por pertenecer a un grupo, de ser fuerte, de tener acceso a estos privilegios masculinos”.

En este sentido, la también activista y feminista cuestionó la ausencia de estrategias desde el Estado en materia de seguridad que coloquen a la masculinidad como algo importante.

NO HAY 10 PASOS PARA DEJAR DE SER VIOLENTOS

A la pregunta de si es posible dejar de ser machistas en México, Germán Martínez consideró que debemos creer y trabajar para que así sea, pero no podemos pensar que las cosas sucederán por sí solas.

“Aunque parezca genético, el machismo es aprendido, es incorporado a través de procesos de socialización, procesos educativos formales, pero mucho de este aprendizaje es en procesos informales”, agregó Benno de Keijzer.

Explicó que hay muchos mandatos que los hombres van incorporando a lo largo de su de vida: un hombre no llora; es fuerte, fornido y formal; es peleonero, bebedor y mujeriego; es cabrón; no debe ser puto; aguanta vara; no debe chillar; debe resolver sus problemas; no es niña, no es marica; juega al futbol y debe vencer, entre muchos otros.

“Entre lo que sí debe de ser y lo que es prohibido, de pronto estamos caminando sobre una tablita muy estrecha entre lo que se conoce como la misoginia, el rechazo a lo femenino; la homofobia, que es el rechazo a todo lo que pudiera parecer homosexual, y el no ser niño”, indicó el también miembro fundador del programa Hombres Responsabilizándose de su Vida.

Finalmente, David Sánchez opinó que no hay diez pasos para dejar de ser violento o dejar de ser machista, ya que el tema es complejo y tiene sus peculiaridades en términos históricos y geográficos.

La masculinidad hegemónica y el machismo no sólo son un factor de riesgo para las mujeres sino también para los propios hombres, coincidieron especialistas en la décimo octava sesión del Consejo con Perspectiva de Género de la Organización Editorial Mexicana (OEM).

Benno de Keijzer Fokker, de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM y la Universidad Veracruzana, presentó un informe que elaboró para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el que describe cómo las prácticas cotidianas de masculinidad hegemónica perjudican a los hombres del Continente Americano, incluido México.

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Ejemplos de ello son adoptar riesgos en el trabajo o al volante, el consumo desmedido de sustancias psicoactivas, las prácticas sexuales sin protección, las relaciones interpersonales violentas y una gestión inadecuada de las emociones.

En consecuencia, las cifras de mortalidad arrojan que los varones están más expuestos que las mujeres a muertes violentas como homicidios, accidentes viales, suicidios y ahogamientos. También son mayoría en los decesos por abuso de alcohol y drogas, la cirrosis hepática como consecuencia del consumo cotidiano de alcohol y el VIH/Sida, lo que refleja también la falta de cuidado masculino en el terreno de la sexualidad.

“Esto está cruzado por diferentes elementos como la clase social, el ser migrante, el ser joven, el ser indígena o afrodescendiente, no ser heterosexual, estar enfermo o estar desempleado. Esto lo planteo como algo que puede permitir la llamada de atención a los hombres de que el cambio es necesario, no sólo para mayor bienestar de las mujeres sino también de los propios hombres”, consideró el especialista en masculinidades, género e igualdad.

De Keijzer también hizo referencia a la investigación “La caja de la masculinidad” realizado por el instituto Promundo-US sobre lo que significa ser hombre en Estados Unidos, Reino Unido y México.

El estudio revela que gran parte de los hombres de 18 a 30 años entrevistados en nuestro país consideran que la masculinidad tiene que ver con autosuficiencia (resolver sus problemas sin pedir ayuda), mostrarse fuertes, cuidar su atractivo físico (sin llegar a parecer afeminados), ser proveedores del hogar (mientras que la mujer se encarga del cuidado de los hijos), la hipersexualidad (nunca negarse a una relación sexual), la heterosexualidad, la homofobia, la agresión y el control.

David Sánchez, antropólogo social que ha estudiado las subjetividades masculinas, coincide en que los hombres deben reflexionar en torno a la manera en como han vivido y siguen reproduciendo lógicas violentas, las cuales “no solamente están afectando a nuestros pares, sino que también nos está afectando a nosotros mismos”.

Puso por ejemplo el caso de cómo la idea de una hipersexualidad afecta a los hombres cuando llegan a ser adultos mayores.

“La masculinidad debe de ser visible para los hombres, es decir, (dejar de) asumir que yo soy así por naturaleza. Esto que mencionaba de la hipersexualidad es común… En el discurso generalizado los hombres son hipersexuales pero al mismo tiempo no sabemos explorar algo más allá que no sea lo penetrativo… y cuando no podemos mantener una erección, el uso excesivo de viagra puede generar un montón de padecimientos y, sin embargo, hay una insistencia en usar el viagra porque si no tengo una erección entonces qué clase de sexualidad estoy ofreciendo”.

Sobre el tema de la salud, Germán Martínez, coordinador nacional de Vinculación en la asociación AHF México, alertó que la población homosexual o los hombres que tienen sexo con otros hombres tienen más riesgo de contraer VIH no por su orientación sexual sino por el ejercicio de su masculinidad en sus prácticas sexuales.

“¿Qué es lo que realmente nos pone en riesgo? No es la orientación sexual sino la práctica sexual. El tema de la hipersexualidad y el de tomar riesgos porque eso forma parte de la identidad de ser hombre… El tema de consumo de sustancias, de tomar riesgos, de exponer el cuerpo, el tema de la violencia ejercida en diferentes ámbitos de nuestra vida, incluso la sexualidad, eso es lo que nos pone en riesgo (y) está anclado a nuestra identidad y al ejercicio de nuestra masculinidad”, abundó.

Agregó que los hombres homosexuales, no por asumirse así les “cambia el chip” de facto sobre su masculinidad, ya que fueron criados en el mismo sistema patriarcal, machista y sexista que los heterosexuales.

Reconoció, sin embargo, que poco a poco más hombres se empiezan a responsabilizar de sus cuerpos, de su salud y de su sexualidad.

Además de la salud, la investigadora Raquel Ramírez Salgado añadió que masculinidad hegemónica también influye en que los hombres sean cooptados por el crimen organizado. “Es también la necesidad por pertenecer a un grupo, de ser fuerte, de tener acceso a estos privilegios masculinos”.

En este sentido, la también activista y feminista cuestionó la ausencia de estrategias desde el Estado en materia de seguridad que coloquen a la masculinidad como algo importante.

NO HAY 10 PASOS PARA DEJAR DE SER VIOLENTOS

A la pregunta de si es posible dejar de ser machistas en México, Germán Martínez consideró que debemos creer y trabajar para que así sea, pero no podemos pensar que las cosas sucederán por sí solas.

“Aunque parezca genético, el machismo es aprendido, es incorporado a través de procesos de socialización, procesos educativos formales, pero mucho de este aprendizaje es en procesos informales”, agregó Benno de Keijzer.

Explicó que hay muchos mandatos que los hombres van incorporando a lo largo de su de vida: un hombre no llora; es fuerte, fornido y formal; es peleonero, bebedor y mujeriego; es cabrón; no debe ser puto; aguanta vara; no debe chillar; debe resolver sus problemas; no es niña, no es marica; juega al futbol y debe vencer, entre muchos otros.

“Entre lo que sí debe de ser y lo que es prohibido, de pronto estamos caminando sobre una tablita muy estrecha entre lo que se conoce como la misoginia, el rechazo a lo femenino; la homofobia, que es el rechazo a todo lo que pudiera parecer homosexual, y el no ser niño”, indicó el también miembro fundador del programa Hombres Responsabilizándose de su Vida.

Finalmente, David Sánchez opinó que no hay diez pasos para dejar de ser violento o dejar de ser machista, ya que el tema es complejo y tiene sus peculiaridades en términos históricos y geográficos.

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