Más de 80 migrantes de la comunidad lésbico gay han solicitado, desde hace tres meses, refugió a México, por lo que es previsible que lleguen a la capital del país, desde Tapachula, Chiapas, y hay que apoyarlos, planteó ayer Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
A su vez, Luis González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), expuso que no se puede tolerar que la dignidad sea negociada por ladrilllos y ratificó que se proporciona orientación a los migrantes cuando son deportados.
Los dos defensores de los derechos humanos participaron en la presentación del libro “Reintegración migrante, un modelo social, económico y empático para el retorno”, cuyos autores son Luis Wertma Zaslav, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, y Eunice Rendón Cárdenas, titular de Red Viral.
En la sede de la CDHDF, su presidenta aseguró que México dejó de ser nación de paso de los migrantes rumbo a los Estados Unidos, y se ha convertido ya en un país destino de salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y nicaraguenses.
En cuanto a los integrantes de la comunidad lésbico gay, recordó que la Ciudad de México es una urbe amigable con ese sector poblacional y en caso de que lleguen a la capital del país se les apoyará.
Luis Wertman Zaslav, uno de los autores del texto, afirmó que el mismo busca despertar los sentimientos de vergüenza e indignación por la situación de los mexicanos que primero “los expulsamos porque no les pudimos dar igualdad de oportunidades en la ciudad, así como por no poder darles la atención adecuada cuando retornan al país e indignación porque por estos hechos no se puede perder más héroes anónimos, como son los migrantes en retorno”.
A su vez, la coautora del libro, Eunice Rendón, explicó que la obra documenta el panorama de la deportación de Estados Unidos a México a través de los años, y el modelo de atención empático, económico y social aplicado por Red Viral y el Consejo, para atender a un grupo de mexicanos que han llegado a sumar hasta 3 millones y que pierden todo, incluida la familia, que dejan allá.