ROMA. Massimiliano Barrotta ha visto un aumento de clientes que acuden a vender su oro en su tienda de Roma, en momentos en que los italianos sienten las consecuencias económicas de los confinamientos impuestos por el gobierno para frenar uno de los peores casos de la pandemia en el mundo.
La cuarentena de ocho semanas se ha ido levantando gradualmente desde el 4 de mayo, pero ha dejado a la economía de rodillas, con negocios cargados de deudas y decenas de miles de desempleados.
La Comisión Europea espera que la economía de Italia se contraiga casi 10 por ciento este año.
"Hemos visto un aumento de cerca de un 50 por ciento en nuestras compras de oro de clientes privados este año, especialmente en las últimas dos semanas", dijo Barrotta, gerente de tres tiendas "Compro Oro".
Las tiendas de oro, que son cerca de seis mil en Italia según el regulador del sector OAS, se multiplicaron durante la última recesión del país en 2012, cuando la gente que intentaba sobrevivir vendía desde anillos de matrimonio hasta dientes de oro. Sin embargo, no son la única opción para los italianos que atraviesan dificultades. Las tiendas de empeño, donde la gente vende sus fruslerías o las usa como garantías para préstamos, son mucho menos comunes, pero también están viendo un aumento de sus negocios.
"Aún estoy pagando la casa donde vivo con mi esposa. La vida es cara, la hipoteca es alta, ¿qué puedo hacer?", dijo el jubilado Nazareno Bucchi al salir de la casa de empeño Affide en Piazza Monte di Pieta, una plaza del centro de Roma famosa por sus prestamistas desde el Siglo XVII.
Esta empresa, que es la más grande en Italia, señala que la demanda por los empeños ha aumentado entre 30 y 40 por ciento desde el inicio de la emergencia sanitaria.
El mercado del oro no sólo se refiere a gente pobre que vende reliquias familiares. Considerado como un activo de refugio en tiempos de crisis, el metal precioso también ha visto un aumento de compradores, impulsando una reciente alza de su valor.
Barrotta dijo que, en los últimos dos meses, la demanda por barras y monedas de oro en su tienda, que siguió operando en línea durante los confinamientos, ha aumentado 50 por ciento en comparación con el resultado del año pasado, aunque el precio por gramo ha subido 25 por ciento desde diciembre.
Un italiano que invirtió en oro en el último mes y quien pidió permanecer anónimo dijo que compró un par de monedas de la casa de monedas británica Royal Mint, parte de la colección Bestias de la Reina, inspiradas en criaturas heráldicas ancestrales.
"Solía comprar estas monedas a unos mil 100 euros (mil 202 dólares) cada una. Ahora cuestan unos mil 700 euros", comentó el inversionista.
En los mercados internacionales, la onza de oro cerró la semana pasada en mil 735 dólares, pues los inversionistas recurren a este material en épocas de crisis.
A mediados de la semana pasada, el metal precioso alcanzó un máximo de siete años y medio, mientras se mantiene la incertidumbre sobre el futuro de la pandemia y la economía mundial, según reportes de Reuters.
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