Pedro Castillo, de nombre completo José Pedro Castillo Terrones, es político, profesor y el primer presidente de izquierda en más de una generación que tuvo Perú después de conseguir el triunfo en las elecciones del 2021.
Nació el 19 de octubre de 1969 en el poblado de Puña, en el distrito de Tacabamba, en el departamento de Cajamarca como el tercero de nueve hermanos y sus padres como campesinos y agricultores de profesión.
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Durante su infancia caminaba durante horas para llegar a la escuela, una distancia aproximada de 100 kilómetros por los cafetales de selva norteña. Posteriormente, completó sus estudios de bachiller en Educación por la Universidad César Vallejo y un magister en Psicología Educativa para comenzar su primera profesión como maestro.
La llegada al magisterio y a la política
Su ascenso dentro de las organizaciones magisteriales se dio de gran forma, por lo que logró ser por más de dos décadas líder a nivel distrital de la región Puña en la provincia de Chota. También, ocupó las dirigencias dentro del Comité de Lucha de las bases regionales del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep).
Ya en el cargo de secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (Fenatep) en el 2017 lideró la huelga magisterial, en la que los profesores pidieron un aumento en sus remuneraciones, mayor presupuesto en el sector educación y derogar la Ley de la Carrera Pública Magisterial.
Con esto comenzó a formar sus ideales políticos en un papel de izquierda al considerarse un defensor del etnonacionalismo, paramilitarismo y la estatización. Frente a los gobiernos autoritarios surgidos por los distintos periodos de Alberto Fujimori o de personajes como Pedro Pablo Kuczynski la figura de Castillo irrumpió en el panorama nacional.
Castillo se convirtió en un abierto criticó del neoliberalismo que tenía buena recepción de parte del panorama internacional. Por ello, rumbo a las elecciones del 2021 decidió postularse como parte del partido Perú Libre.
Dentro de sus propuestas, expresadas por el partido, señaló su apreció a la militarización de la juventud, la necesidad de una experiencia cultural que se asemejará a una revolución e involucrar a la sociedad civil en su propia defensa armada para el orden público y la administración socialista.
Además, prometió cambios como la creación de una nueva constitución que remplazará a la creada en 1993 por medio de un proceso de asamblea constituyente.
En solo dos meses de su irrupción a la política del país se posicionó como el candidato antisistema y en el reflejo de una ciudadanía que buscaba un cambio radical. Gracias a su decisión de vestir prendas tradicionales, también representó una imagen en la cual podía identificarse la mayor parte del pueblo peruano.
La sorpresa se reflejó en las urnas en los resultados de la primera vuelta electoral en las elecciones presidenciales del 2021 en donde obtuvo el 20 por ciento de los votos para asegurar su lugar en la segunda vuelta, en donde se enfrentó a Keiko Fujimori, hija del expresidente y convicto Alberto Fujimori.
Durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, la victoria de Pedro Castillo terminó por consumarse tras la publicación de la Oficina Nacional de Procesos Electorales el 15 de junio de 2021 donde se colocaba como el ganador con 50.125 por ciento de la votación, contra el 49.875 por ciento de Keiko Fujimori.
Fujimori, quien sufrió su tercera derrota consecutiva en unas elecciones presidenciales, buscó eliminar el proceso al acusar a los partidarios de Castillo de alterar las actas en todo el país, en especial en regiones de mayor marginación y con presencia de grupos indígenas. Pese a una gran cantidad de protestas, las autoridades terminaron por desechar las reclamaciones.
La presidencia de Pedro Castillo
Pedro Castillo asumió la presidencia de Perú el 28 de julio de 2021 para ser el primer mandatario con un origen de campesino. En su primer discurso prometió trabajar para el pueblo y al referirse a sus contrincantes pidió hacer lo necesario para sacar al frente al país.
“El voto de allá, de la punta del cerro, del último rincón de la patria, que tiene el mismo peso que el voto de San Isidro y Miraflores”, afirmó Castillo en uno de sus discursos. “Nunca se burlen de un hombre cuando viene con sombrero. No se burlen más de un campechano, no se burlen más de un obrero, de un rondero, de un maestro, porque así se hace patria”.
Su administración presidencial vivió una gran cantidad de inestabilidad apenas al cumplir el año dentro el cargo. El gobierno que buscó implementar no logró consolidarse y en un punto los cambios al interior de su gabinete eran tan constantes que llegó a darse uno por semana.
También, logró mantenerse a flote a pesar de dos intentos de aplicarle un proceso de destitución y sumió al país en una inestabilidad política.
El gobierno de Pedro Castillo comenzó a llegar al principio del fin tras anunciar su decisión de cerrar de manera temporal el Congreso para lanzar un gobierno de excepción y con ello nuevas elecciones legislativas. La iniciativa provocó una renuncia masiva tanto de sus ministros como el rechazo de sus aliados.
Su anunció provocó que las Fuerzas Armadas y la policía declararan que su intento era inconstitucional. Ya en el mes de octubre la Fiscalía de Perú lo había señalado como el presunto líder de una organización criminal.
El Congreso de Perú terminó por citar a Castillo a finales de noviembre para que respondiera ante las acusaciones de que era incapaz de gobernar, pero no se presentó. Finalmente, para este 7 de diciembre los legisladores aprobaron con 101 votos a favor, seis en contra y 10 abstenciones la decisión de destituirlo de manera inmediata.
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Bajo el argumento de “permanente incapacidad moral”, Pedro Castillo fue dejado fuera del cargo y la presidencia pasó a manos de Diana Boluarte, la vicepresidenta. Nombrado ya como “expresidente”, Castillo fue detenido por la policía nacional de Perú y trasladado a una comisaría.
Publicada originalmente en El Sol de Puebla