PARÍS, Francia. La primera ministra británica, Theresa May, superó una prueba de fuego al salir indemne de su confrontación con el Comité 1922 que agrupa a los diputados del Partido Conservador sin cargos ministeriales.
“No era una cueva de leones. Era más bien un zoológico de mascotas”, comentó el diputado Michael Fabricant al término de la reunión de 45 minutos que mantuvo May con la facción tory más euroescéptica. En las últimas semanas, ese sector había multiplicado sus críticas contra la primera ministra por su supuesta ambigüedad para negociar las disposiciones finales del Brexit con la Unión Europea. Después de un fugaz conato de rebelión, en la que algunos partidarios de un Brexit duro exigieron "garantías” formales de que Gran Bretaña abandonaría la UE, un sólido grupo de parlamentarios tories respaldó a la primera ministra, que salió “vencedora” de la confrontación, según la exsecretaria del Interior, Amber Ruud.
“Se comportó como una heroína”, aseguró Michael Fabricant, seducido por la “enérgica declaración […] emotiva y personal” de Theresa May. “Se ganó al auditorio”, aseguró el secretario de Interior, Sajid Javid.
Gracias al desenlace de esa reunión, su posición como líder es “ahora un poco más sólida”, comentó el secretario de Justicia, Geoffrey Cox. “Salvó su cargo”, reconoció también Amber Ruud.
Su situación, sin embargo, está lejos de ser clara y definitiva. Algunos periódicos aseguraron que el presidente del Comité 1922, Graham Brady, tiene en su poder 48 cartas de diputados, cifra que representa 15 por ciento de los parlamentarios conservadores. Esa cantidad mínima permite a los rebeldes presentar una moción de censura contra la primera ministra dentro del grupo tory de la Cámara de los Comunes.