Estados Unidos acordó con Irak la retirada de todas las tropas de combate que quedan en el país para luchar contra los yihadistas, aunque un pequeño contingente permanecerá para entrenamiento.
El anuncio se produce cuando las fuerzas estadounidenses reciben casi a diario ataques de cohetes atribuidos a milicias paramilitares chiítas vinculadas a Irán, lo que llevó a Biden a ordenar ataques aéreos contra campamentos en Siria.
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Las dos naciones acordaron en una videoconferencia dirigida por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Fuad Hussein, que las fuerzas iraquíes estaban preparadas para asumir más responsabilidades.
Eso “permite el redespliegue de cualquier tropa de combate que siga en Irak, para lo cual el calendario va a ser establecido en un próximo diálogo técnico”, indicaron los países en un comunicado conjunto tras la reunión virtual.
Irak ha caminado por una línea muy fina para equilibrar sus relaciones con Estados Unidos e Irán, que comparte lazos religiosos con su vecino de mayoría chiíta.
Los llamamientos iraquíes para una retirada de las tropas estadounidenses se dispararon en enero de 2020 después de que el expresidente Donald Trump ordenara el asesinato en Bagdad del alto comandante iraní Quasim Suleimani. Desde entonces las tensiones se han mantenido altas en Irak.
En febrero, Biden ordenó ataques aéreos contra objetivos en Siria de paramilitares vinculados a Irán después de que un ataque con cohetes matara a un contratista de la coalición liderada por Estados Unidos e hiriera a personal de EU.