/ lunes 7 de octubre de 2024

Mejoran la forma de extorsión por teléfono

Los bancos han intensificado sus campañas de concientización a sus clientes mediante diversos medios de difusión, pero la estafa sigue

La Paz, Baja California Sur.- En lo que va del 2024, en Baja California Sur, la Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) ha registrado 73 carpetas de investigación de extorsión telefónica cada vez más difícil de detectar y prevenir.

Lee: ¡Aguas con los préstamos! Cobranza extrajudicial es un dolor de cabeza

Durante 2020 la entidad registró 100 carpetas por este delito, mientras que en 2022 la tasa de incidencias incrementó hasta 170 expedientes, lo que representa un aumento del 70%; posteriormente en 2023 disminuyó a 123 denuncias relacionadas con este tipo de fraudes, representando una disminución del 57.06% respecto al 2022.

En el estado, el fraude telefónico no es una novedad, pero sorprende su creciente sofisticación, en donde los estafadores simulan ser personal bancario o presuntos secuestradores, que con el pasar de los años perfeccionaron sus tácticas, utilizando la tecnología y el miedo como armas, en un escenario donde las víctimas se ven atrapadas en engaños cuidadosamente diseñados.


A nivel nacional, los fraudes y extorsiones se han consolidado como un problema persistente. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 revela que el fraude es el delito más frecuente en México, con una tasa de 6,962 incidentes por cada 100,000 habitantes, superando al robo o asalto.

Además, de acuerdo con la presentación de resultados generales del Censo Nacional de Seguridad Pública Federal (CNSPF) 2024, durante 2023, la Guardia Nacional realizó 5 326 ciberpatrullajes y 861 ciberinvestigaciones. Los principales motivos fueron la pornografía infantil y el tráfico de indocumentados, en donde en cuarto y octavo lugar se posicionan los ilícitos por fraude y extorsión, respectivamente.

EL GUION DEL FRAUDE

Imagínate en una situación cotidiana: contestas una llamada de un número desconocido, y en cuestión de segundos te ves inmerso en un diálogo convincente que juega con tus emociones.

“Un ser querido fue secuestrado”, dice la voz del otro lado mientras el miedo y la incertidumbre se apodera de ti. ¡No!, no se trata de una escena de una película de suspenso o acción, sino del modus operandi de estafadores que, día a día, orquestan sus engaños.

El caso de una residente de La Paz, Claudia, de 35 años, es un ejemplo claro sobre lo que se debe evitar hacer. En su experiencia, relata que sintió una presión fuerte en el pecho y mucha ansiedad; sin embargo, afirmó recuperar la calma para pensar con claridad.

“Recibí una llamada diciendo que mi hijo estaba secuestrado. Me pidieron que depositara todo el dinero que tenía en ese momento, que acudiera a la tienda de autoservicio más cercana para hacer la transacción. Estuve a punto de hacerlo, pero algo no me cuadraba”.

Ella comentó que le llamaron en un momento inesperado. Relató que se encontraba en su centro de trabajo y alrededor de las 12 de la mañana recibió la llamada amenazante que le exigía su dinero.

Mencionó que el momento de tranquilidad llegó cuando recordó que su hijo saldría de la escuela acompañado por sus primos, y que su hermano lo esperaría minutos antes de la hora de salida; además, agregó, la escuela se encuentra resguardada por el personal del plantel que no permite la salida de los alumnos hasta que un adulto autorizado por los padres o tutores lo indiquen.

INCREMENTO DE FRAUDE TELEFÓNICO

Estas estafas han ido evolucionando a lo largo de los años. Según Guadalupe Romualdo, agente estatal de investigación criminal de la División Cibernética en Baja California Sur, los delincuentes han perfeccionado su estrategia.

"Comenzaron con tácticas simples, pero ahora usan sonidos de fondo que simulan llamadas en espera de instituciones bancarias y han pulido su lenguaje, lo que les da un aire de autenticidad que engaña incluso a los más cautelosos".

DIFÍCILES DE DETECTAR

“Las estafas no distinguen. Afectan a todos, desde jóvenes hasta ancianos, y los delincuentes saben cómo manipular psicológicamente a las personas”, comenta Romualdo. Para los expertos, el aumento en los delitos no es solo una cuestión de cantidad, sino de calidad: las estafas se han vuelto más sofisticadas y difíciles de detectar.

¿QUÉ OCURRE EN LOS CENTROS PENITENCIARIOS?

A pesar de los esfuerzos de las autoridades de seguridad pública, gran parte de estas llamadas provienen desde el interior de los centros penitenciarios. Arturo Rubio Ruiz, abogado con varios años de experiencia, explicó que "detener esta cadena de extorsiones es extremadamente complicado mientras no se controle el acceso a los teléfonos dentro de las prisiones".

También subrayó que, aunque la ley prohíbe el uso de celulares dentro de las cárceles, en la práctica la corrupción permite que los internos sigan delinquiendo desde adentro.

La falta de control sobre los dispositivos móviles en los centros de reinserción social, advirtió, alimenta este fenómeno. En muchos casos, los custodios alquilan los teléfonos a los internos, y estos, a su vez, los utilizan para continuar su actividad criminal, muchas veces bajo la protección de un sistema que parece funcionar con total impunidad.

“Es una escuela del crimen dentro de las cárceles. Aprenden entre ellos a perfeccionar sus tácticas, y mientras el dinero siga fluyendo, será difícil detener estas cadenas”.

FRAUDES BANCARIOS

Además de las estafas por secuestro falso, otra modalidad alarmante es la que involucra fraudes bancarios. Los estafadores se presentan como empleados de instituciones financieras, utilizando información personal de las víctimas, como nombres y números de tarjeta, que consiguen mediante filtraciones o engaños previos. Una vez que ganan la confianza del usuario, lo convencen de realizar operaciones que comprometen su dinero.

La agente de investigación refirió ser testigo de estos casos. “Una vez me enfrenté a una llamada donde sabían mi nombre completo y la terminación de mi tarjeta. Era tan convincente que casi caí en el engaño”, relató.

Aunque los bancos han intensificado sus campañas de concientización mediante diversos medios de difusión, como prensa escrita y redes sociales, la ingeniería social —táctica que consiste en manipular psicológicamente a la víctima— sigue siendo un arma poderosa en manos de los estafadores.

Asimismo, señaló que existen otras modalidades para cometer ilícitos, como el vishing, smishing y phishing, que son cada vez más comunes. Estas técnicas juegan con la confianza del usuario, y muchas veces los delincuentes se presentan como empleados bancarios, solicitando que las víctimas instalen aplicaciones maliciosas o compartan información confidencial.

DEL FRAUDE A LA PREVENCIÓN

Aunque las cifras muestran una ligera disminución en los casos de fraude bancario, la amenaza no ha desaparecido. Las campañas de prevención son clave para frenar este tipo de delitos.

"Es fundamental que la gente sepa que los bancos nunca solicitarán información sensible por teléfono o mensaje de texto", asegura la agente estatal, al mismo tiempo recomienda a los usuarios utilizar las aplicaciones oficiales de los bancos para recibir notificaciones seguras e ignorar mensajes de texto no autorizados previamente.

A medida que los delincuentes se adaptan a nuevas tecnologías, también lo debe hacer la sociedad. La información es poder, y estar al tanto de las tácticas utilizadas por los estafadores puede marcar la diferencia entre caer en una estafa o mantenerse a salvo.

La Paz, Baja California Sur.- En lo que va del 2024, en Baja California Sur, la Procuraduría de Justicia del Estado (PGJE) ha registrado 73 carpetas de investigación de extorsión telefónica cada vez más difícil de detectar y prevenir.

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Durante 2020 la entidad registró 100 carpetas por este delito, mientras que en 2022 la tasa de incidencias incrementó hasta 170 expedientes, lo que representa un aumento del 70%; posteriormente en 2023 disminuyó a 123 denuncias relacionadas con este tipo de fraudes, representando una disminución del 57.06% respecto al 2022.

En el estado, el fraude telefónico no es una novedad, pero sorprende su creciente sofisticación, en donde los estafadores simulan ser personal bancario o presuntos secuestradores, que con el pasar de los años perfeccionaron sus tácticas, utilizando la tecnología y el miedo como armas, en un escenario donde las víctimas se ven atrapadas en engaños cuidadosamente diseñados.


A nivel nacional, los fraudes y extorsiones se han consolidado como un problema persistente. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 revela que el fraude es el delito más frecuente en México, con una tasa de 6,962 incidentes por cada 100,000 habitantes, superando al robo o asalto.

Además, de acuerdo con la presentación de resultados generales del Censo Nacional de Seguridad Pública Federal (CNSPF) 2024, durante 2023, la Guardia Nacional realizó 5 326 ciberpatrullajes y 861 ciberinvestigaciones. Los principales motivos fueron la pornografía infantil y el tráfico de indocumentados, en donde en cuarto y octavo lugar se posicionan los ilícitos por fraude y extorsión, respectivamente.

EL GUION DEL FRAUDE

Imagínate en una situación cotidiana: contestas una llamada de un número desconocido, y en cuestión de segundos te ves inmerso en un diálogo convincente que juega con tus emociones.

“Un ser querido fue secuestrado”, dice la voz del otro lado mientras el miedo y la incertidumbre se apodera de ti. ¡No!, no se trata de una escena de una película de suspenso o acción, sino del modus operandi de estafadores que, día a día, orquestan sus engaños.

El caso de una residente de La Paz, Claudia, de 35 años, es un ejemplo claro sobre lo que se debe evitar hacer. En su experiencia, relata que sintió una presión fuerte en el pecho y mucha ansiedad; sin embargo, afirmó recuperar la calma para pensar con claridad.

“Recibí una llamada diciendo que mi hijo estaba secuestrado. Me pidieron que depositara todo el dinero que tenía en ese momento, que acudiera a la tienda de autoservicio más cercana para hacer la transacción. Estuve a punto de hacerlo, pero algo no me cuadraba”.

Ella comentó que le llamaron en un momento inesperado. Relató que se encontraba en su centro de trabajo y alrededor de las 12 de la mañana recibió la llamada amenazante que le exigía su dinero.

Mencionó que el momento de tranquilidad llegó cuando recordó que su hijo saldría de la escuela acompañado por sus primos, y que su hermano lo esperaría minutos antes de la hora de salida; además, agregó, la escuela se encuentra resguardada por el personal del plantel que no permite la salida de los alumnos hasta que un adulto autorizado por los padres o tutores lo indiquen.

INCREMENTO DE FRAUDE TELEFÓNICO

Estas estafas han ido evolucionando a lo largo de los años. Según Guadalupe Romualdo, agente estatal de investigación criminal de la División Cibernética en Baja California Sur, los delincuentes han perfeccionado su estrategia.

"Comenzaron con tácticas simples, pero ahora usan sonidos de fondo que simulan llamadas en espera de instituciones bancarias y han pulido su lenguaje, lo que les da un aire de autenticidad que engaña incluso a los más cautelosos".

DIFÍCILES DE DETECTAR

“Las estafas no distinguen. Afectan a todos, desde jóvenes hasta ancianos, y los delincuentes saben cómo manipular psicológicamente a las personas”, comenta Romualdo. Para los expertos, el aumento en los delitos no es solo una cuestión de cantidad, sino de calidad: las estafas se han vuelto más sofisticadas y difíciles de detectar.

¿QUÉ OCURRE EN LOS CENTROS PENITENCIARIOS?

A pesar de los esfuerzos de las autoridades de seguridad pública, gran parte de estas llamadas provienen desde el interior de los centros penitenciarios. Arturo Rubio Ruiz, abogado con varios años de experiencia, explicó que "detener esta cadena de extorsiones es extremadamente complicado mientras no se controle el acceso a los teléfonos dentro de las prisiones".

También subrayó que, aunque la ley prohíbe el uso de celulares dentro de las cárceles, en la práctica la corrupción permite que los internos sigan delinquiendo desde adentro.

La falta de control sobre los dispositivos móviles en los centros de reinserción social, advirtió, alimenta este fenómeno. En muchos casos, los custodios alquilan los teléfonos a los internos, y estos, a su vez, los utilizan para continuar su actividad criminal, muchas veces bajo la protección de un sistema que parece funcionar con total impunidad.

“Es una escuela del crimen dentro de las cárceles. Aprenden entre ellos a perfeccionar sus tácticas, y mientras el dinero siga fluyendo, será difícil detener estas cadenas”.

FRAUDES BANCARIOS

Además de las estafas por secuestro falso, otra modalidad alarmante es la que involucra fraudes bancarios. Los estafadores se presentan como empleados de instituciones financieras, utilizando información personal de las víctimas, como nombres y números de tarjeta, que consiguen mediante filtraciones o engaños previos. Una vez que ganan la confianza del usuario, lo convencen de realizar operaciones que comprometen su dinero.

La agente de investigación refirió ser testigo de estos casos. “Una vez me enfrenté a una llamada donde sabían mi nombre completo y la terminación de mi tarjeta. Era tan convincente que casi caí en el engaño”, relató.

Aunque los bancos han intensificado sus campañas de concientización mediante diversos medios de difusión, como prensa escrita y redes sociales, la ingeniería social —táctica que consiste en manipular psicológicamente a la víctima— sigue siendo un arma poderosa en manos de los estafadores.

Asimismo, señaló que existen otras modalidades para cometer ilícitos, como el vishing, smishing y phishing, que son cada vez más comunes. Estas técnicas juegan con la confianza del usuario, y muchas veces los delincuentes se presentan como empleados bancarios, solicitando que las víctimas instalen aplicaciones maliciosas o compartan información confidencial.

DEL FRAUDE A LA PREVENCIÓN

Aunque las cifras muestran una ligera disminución en los casos de fraude bancario, la amenaza no ha desaparecido. Las campañas de prevención son clave para frenar este tipo de delitos.

"Es fundamental que la gente sepa que los bancos nunca solicitarán información sensible por teléfono o mensaje de texto", asegura la agente estatal, al mismo tiempo recomienda a los usuarios utilizar las aplicaciones oficiales de los bancos para recibir notificaciones seguras e ignorar mensajes de texto no autorizados previamente.

A medida que los delincuentes se adaptan a nuevas tecnologías, también lo debe hacer la sociedad. La información es poder, y estar al tanto de las tácticas utilizadas por los estafadores puede marcar la diferencia entre caer en una estafa o mantenerse a salvo.

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