La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Cuando desperté ya estaba cosido de la cara expresó Luis David Olachea Torres con una cicatriz en el rostro, sentado en una silla sobre la banqueta de su casa con una pierna fracturada apoyada en un banquito.
En una entrevista exclusiva para El Sudcaliforniano dio a conocer que él mantiene a su mamá y a su hermano que sufre de discapacidad intelectual, su trabajo consiste en la venta de dulces en el malecón y las playas de la ciudad de La Paz el comerciante narra el accidente que lo ha dejado sin moto, por lo que pide ayuda para recuperar su transporte.
Lee: Vienen en busca de una mejor vida y hallan dolor
“Yo venía del ejido del Centenario cuando tuve un accidente, no supe nada y cuando desperté ya estaba cosido de la cara, yo venía en una motoneta RudaVento 150 de color gris que acababa de comprar; yo desperté a las 4 de la mañana, dicen que el accidente fue a las 10 de la noche pero no me acuerdo, yo estaba inconsciente dicen que choqué, quedé bañado en gasolina y mucha gente me ayudó rompiéndome y quitándome la ropa”.
“Y es que yo hice un favor a un amigo que necesitaba llevar unos pañales para su bebé en el Centenario y yo me ofreció a llevarlo en mi moto pero de regreso me vine de noche, sí traía luces pero como no estoy acostumbrado a manejar en cuatro carriles y nunca había salido a carretera, dicen que me estrellé contra un carro en mi moto por eso quedó en el corralón me costó 27 mil pesos la compré con el esfuerzo de mis dulces”.
“Yo no recuerdo nada la gente es la que me cuenta yo creo que del golpeé, me quedé dormido, dicen que yo tuve la culpa y que no quisieron proceder jurídicamente contra mí porque me vieron todo golpeado, se me abrió la cara me tuvieron que coser por dentro y hace pocos días me quitaron los puntos pero quiero recuperar mi moto”.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
Tiene un mes de su accidente el cual le dejó una fractura de tibia y peroné y una herida en en la cara la cual le ha dejado una cicatriz luego de que tuvo que ser suturada, su madre Liboria Torres Castro narra que ella se está recuperando de una operación reciente y ambos están en recuperación de su salud, narra que cuando no llegaba su hijo se preocupó mucho porque nunca llega tarde por lo que temió lo peor.
Actualmente vende sus dulces y botanas afuera de su domicilio ubicado en las calles Ignacio Allende entre Gómez Farías y Altamirano en una silla en la banqueta en compañía de su madre para poder mantener a su familia y lo único que pide es que lo ayuden a recuperar su moto ya que él no puede ir a la Dirección de Tránsito y no cuenta con alguien para revisar la situación jurídica de su motocicleta para poder sacarla del corralón.