La Paz, Baja California Sur (OEM - Informex).- Muchas amas de casa y amantes de las plantas han tenido que lidiar con el robo de sus macetas y flores, mismas que llegan a sembrar en los patios de sus propias aceras, las cuales desparecen, práctica que se sigue intensificando día con día.

No es ninguna novedad que desde hace tiempo el robo de plantas ha significado una perdida para el bolsillo de quienes las compran pues los amantes de lo ajeno no escatiman en sacarle provecho.

Lee: Té de jamaica, laurel y canela, conoce sus beneficios

Esto también se ha traspasado a la vía pública, en donde algunas personas no tienen el mínimo reparo en arrancar las plantas del suelo, sin importar que los vean o los graben, ya que algunas de ellas han sido expuestas en donde se les puede ver con las plantas en la mano.

NO HAY RESPETO

Las plantas ubicadas en los espacios públicos, camellones y autopistas en la ciudad capital, no solo son robadas, ya que también son pisoteadas por quienes tratan de pasar por los lugares donde están las plantas.

De hecho, los meses de noviembre y diciembre de cada año, se ha vuelto una tradición que el municipio ponga tanto en el malecón costero, como en otros lugares Flores de Nochebuena, las cuales, poco a poco se van disminuyendo, puesto que no falta quien las arranquen de su lugar.

Aunque pareciera mentira y como si se tratara de un juego, el robo de plantas, flores y maceteros, no es una problemática de un tiempo para acá, que también involucra a hombres y mujeres que se les hace fácil tomar algo que no les pertenece, todo ello para darle vida a sus espacios que están dentro de sus hogares, pero también se podría tratar de una enfermedad que lleva por nombre “Cleptomanía”, la cual se caracteriza por el impulso y la obsesión de robar, generalmente cosas de escaso valor.

Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano

Por último, algunos y algunas de los afectadas han recalcado que por ello tratan de poner sus plantas en maceteros y las sacan un rato al sol en sus patios y en la tarde noche los vuelven a mater, ya que los amantes de los ajeno no respetan horarios ni compadrazgos, por lo que prefieren tomar sus propias precauciones.